lunes, 7 de mayo de 2012
Bajo las lunas de Miró...
Aún entre las aguas frías del estanque de la medianoche, donde tenemos sumergidos los pensamientos, las manos, y los sueños, quiero regalarte los tejados azules de Picasso bajo las lunas de Miró.
Trono de la desolación.
Me ves sentada en esta silla incómoda de patas cojas apelando en vano a la ley de la compostura mientras tú solo me das la mirada indiferente, Un trono de la desolación en medio de la dimensión angosta, y yo fallando en el desesperado intento de mantener el equilibrio, sin poder, o sin querer, mirarme ya en tus ojos.
Quiero y no quiero levantarme de la silla porque no hay garantías de que me espere la libertad, No hay garantías de que exista una dimensión tangible de la felicidad. No hay garantía de que pueda llegar lejos, con alas rotas, y piernas cojas.Todo lo que siempre he conocido eres tú y este trono de la desolación en el espacio angosto, ahí donde el violento ruido de tu silencio es un puñal hiriente, donde mis memorias se aferran a un holograma de la felicidad. Donde no puedo mirarme ya en tus ojos, porque nunca me devuelven, hermoso, mi reflejo.
Quiero y no quiero levantarme de la silla porque no hay garantías de que me espere la libertad, No hay garantías de que exista una dimensión tangible de la felicidad. No hay garantía de que pueda llegar lejos, con alas rotas, y piernas cojas.Todo lo que siempre he conocido eres tú y este trono de la desolación en el espacio angosto, ahí donde el violento ruido de tu silencio es un puñal hiriente, donde mis memorias se aferran a un holograma de la felicidad. Donde no puedo mirarme ya en tus ojos, porque nunca me devuelven, hermoso, mi reflejo.
miércoles, 2 de mayo de 2012
En la memoria de las piedras ...
En algún abismo
bajo el aparente mar rendido
donde la nada ruge,
está el secreto de todo.
Donde mariposas negras se fracturan,
frágiles viudas de una ilusión de vida
que se difumina en el sudor de los cristales
en los singulares días húmedos,
que son tan singulares,
cuando escribo en la nada con los dedos.
Mientras las letras se vuelven agua,
agua ordinaria que se derrama
escurriendo hasta al suelo,
evaporándose para retornar a sí misma,
al origen de cada movimiento.
Allí donde llamo a la ausencia compañía
un reflejo observa desde la ventana empañada,
y todo lo nunca escrito,
está guardado en la memoria de las piedras.
Dedicado a Ingrid Jonker.
bajo el aparente mar rendido
donde la nada ruge,
está el secreto de todo.
Donde mariposas negras se fracturan,
frágiles viudas de una ilusión de vida
que se difumina en el sudor de los cristales
en los singulares días húmedos,
que son tan singulares,
cuando escribo en la nada con los dedos.
Mientras las letras se vuelven agua,
agua ordinaria que se derrama
escurriendo hasta al suelo,
evaporándose para retornar a sí misma,
al origen de cada movimiento.
Allí donde llamo a la ausencia compañía
un reflejo observa desde la ventana empañada,
y todo lo nunca escrito,
está guardado en la memoria de las piedras.
Dedicado a Ingrid Jonker.
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