lunes, 7 de mayo de 2012

Trono de la desolación.

Me ves sentada en esta silla incómoda de patas cojas apelando en vano a la ley de la compostura mientras tú solo me das la mirada indiferente, Un trono de la desolación en medio de la dimensión angosta, y yo fallando en el desesperado intento de mantener el equilibrio, sin poder, o sin querer, mirarme ya en tus ojos.
Quiero y no quiero levantarme de la silla porque no hay garantías de que me espere la libertad, No hay garantías de que exista una dimensión tangible de la felicidad. No hay garantía de que pueda llegar lejos, con alas rotas, y piernas cojas.Todo lo que siempre he conocido eres tú y este trono de la desolación en el espacio angosto, ahí donde el violento ruido de tu silencio es un puñal hiriente, donde mis memorias se aferran a un holograma de la felicidad. Donde no puedo mirarme ya en tus ojos, porque nunca me devuelven, hermoso, mi reflejo.

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