Un día me despedí de la inocencia para emprender un nuevo destino. Pero después de andar un buen trecho me encontré en otra encrucijada, y al mirar atrás, con un suspiro de nostalgia, me di cuenta de cuan inocente he sido hasta el minuto pasado. La inocencia no se pierde de sola una vez… La vamos dejando caer con cada tropiezo en el camino… Acaso como un rastro, porque tal vez algún día tendremos que regresar sobre nuestros pasos.
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