Tocó mi puerta lluvia Vestida de gris,
acreedora de sueños,
para cobrar mis deudas con el tiempo.
También vino el viento soberbio,
insensible a mis súplicas,
para quitarme la última esperanza.
Y yo imploré por retener mis tesoros
Aunque yacieran muertos,
aunque ya no me pertenecieran.
Luché con todas mis fuerzas
arrojándole maldiciones al viento...
Negando a la lluvia en mis ojos...
pero aun así me fueron arrebatados.
Vilmente me asedió locura,
me apuñaló impotencia,
me abandonaron los días…
Y solo fui acogida por las sombras,
de las más oscuras noches,
donde solo me abrazó soledad
Y me besaron sus tinieblas.
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