lunes, 9 de enero de 2012

Muerte lenta...

En la penumbra de una habitación vacía el ruido ensordecedor del silencio se esconde esperando para atacar y atormentar a sus víctimas. Almas en pena que arrastran la cruz del pasado sobre sus espaldas encorvadas. Almas atribuladas que no gimen ni lloran porque ya han derramado todas sus lágrimas. No tienen rostros, solo una máscara de dolor, no tienen nombre, solo pecados que purgar. Cuando pasan como sombras solo se percibe en ellas una débil mirada de desesperación, una mirada extinta como una estrella moribunda que alguna vez brillo y así, consumidas por sus tinieblas apenas existen…. arrastrándose con dramática lentitud por la habitación vacía en medio de las penumbras, esperando eternamente ser liberadas de su castigo autoinflingido. Porque nunca se perdonaron. Porque nunca existieron más que en su propia angustia. Porque no pueden, o no quieren, ser salvadas....

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