lunes, 9 de enero de 2012

Suicidio etílico...

Con la miseria sobre los hombros
ahogo la esperanza en una copa de vino
que sus lágrimas habían amargado.

La bebió sabiendo que era veneno.

La intención era librarse del pasado
asesinando a sangre fría el recuerdo de cada hora,
esperando que la muerte aceptara la ofrenda.

Sin embargo, se le volvió más fuerte en su contra
usando como arma el poder efímero de la vida,
castigandole hoy con las horas no vividas.

Con el tiempo que se le escapa aprisa
mientras su alma se marchita, lentamente,
en la amargura de no poder alcanzarlo.


Dedicado a alguien.

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